Diario

Hoy tu presencia le hizo mucha falta a mi día. Hoy necesitaba mirar esos ojos que en estos últimos días han sido mi única alegría. Hoy necesitaba escuchar esa voz, que desde que mis oídos la escucharon por primera vez, traen calma a mis angustias. Hoy necesitaba de esas palabras que dibujan esa sonrisa de esperanza en mi rostro, y nada de esto hubo, solo el silencio, el vacío.
Qué triste se ha vuelto mi vida, si no hay un gesto tuyo en el día. Que larga se vuelve la espera, la eterna espera de sentirte conmigo, de rozar esos labios, de sentir ese aliento tibio, que quita de encima mío todo este frío.
Cuándo vendrás? Cuándo volverás a visitar este lugar, este lugar donde he construido un santuario para que tu presencia sea lo más importante? Cuándo te acordarás que estoy aquí, simplemente esperándote, para correr a tu encuentro y decirte de una vez por todas lo que cada día mi corazón calla por cobardía, por temor. Pero sabes? Este temor es más grande cuando piensa que tal vez, en algún momento ya no vas a venir, como hoy.